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lunes, 30 de mayo de 2011

Huelva TV: 25 años del Instituto

viernes, 27 de mayo de 2011

Exposición de José Caballero

Historia del I. E. S. Fray Andrés

demolicion picasso2

viernes, 20 de mayo de 2011

SOBRE LA POLÍTICA (Selección de textos de Antonio Machado)

Se miente más que se engaña;
Y se gasta más saliva
De la necesaria…

Más adelante, Mairena escribe: Sí nuestros políticos comprendieran bien la intención de esta sentencia de mi maestro, ahorrarían las dos terceras partes, por lo menos, de su llamada actividad política.

Cuando dos gitanos hablan
ya es la mentira inocente;
se mienten y no se engañan.

La sentencia es la misma; pero dicha de un modo más perverso, que parece implicar una cierta afición a la gitanería.

El deber de la mentira
es embaucar papanatas;
y no es buena la piadosa,
sino la que engaña.

Aquí la lógica se ha comido a la ética.

En su sabiduría sigue Mairena reflexionando y dice en torno a la modestia cosas como que “es la virtud que más espléndidamente han solido premiar los dioses”. Y luego: Los períodos más fecundos de la historia son aquellos en los que los modestos no se chupan el dedo.

Los que os hablan de España como de una razón social que es preciso a toda costa acreditar y defender en el mercado mundial, esos para quienes el reclamo, el jaleo y la ocultación de vicios son deberes patrióticos, podrán merecer, yo lo concedo, el título de buenos patriotas, de ningún modo el de buenos españoles.

-Dadme cretinos optimistas-decía un político a Juan de Mairena-, porque ya estoy hasta los pelos del pesimismo de nuestros sabios. Sin optimismo no vamos a ninguna parte.
-¿Y qué diría usted de un optimista con sentido común?
-¡Ah, miel sobre hojuelas! Pero ya sabe usted lo difícil que es eso, amigo Mairena.

(Sobre la política y la juventud)

La política, señores –sigue hablando Mairena- es una actividad importantísima…Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y, naturalmente, contra vosotros. Sólo me atrevo a aconsejaros que la hagáis a cara descubierta; en el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa; por ejemplo: de literatura, de filosofía, de religión. Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes, por lo menos, como la política, y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos nunca entendernos.
Y a quien os eche en cara vuestros pocos años bien podéis responderle que la política no ha de ser, necesariamente, cosa de viejos. Hay movimientos políticos que tienen su punto de arranque en una justificada rebelión de menores contra la inepcia de los sedicentes padres de la patria. Esta política, vista desde el barullo juvenil, puede parecer demasiada revolucionaria, siendo en el fondo, perfectamente conservadora. Hasta las madres -¿hay algo más conservador que una madre?- pudieran aconsejarla con estas o parecidas palabras: “toma el volante, niño, porque estoy viendo que tu papá nos va a estrellar a todos –de una vez- en la cuneta del camino.”.
No toméis, sin embargo, al pie de la letra lo que os digo. En general, los viejos sabemos, por viejos, muchas cosas que vosotros, por jóvenes, ignoráis. Y algunas de ellas- todo hay que decirlo- os convendría no aprenderlas nunca. Otras, sin embargo, etc., etc.

lunes, 2 de mayo de 2011

1º DE MAYO DE 2011

Hace muchos años, creo que fue en 1977, cuando fui con un paisano al estadio de Los Cármenes a ver un partido de fútbol. Al salir del estadio granadino coincidimos con un grupo de trabajadores que se manifestaban por la Gran Vía de Granada reivindicando democracia y libertad. Tuve un sentimiento de culpabilidad por haber ido aquella tarde a un partido de fútbol al tiempo que cientos de obreros se manifestaban aquel primero de mayo, desafiando la prohibición, por la calles de muchos lugares de España pidiendo democracia y libertad para todos los españoles.

Al llegar a la Plaza del Triunfo nos encontramos con un grupo de grises (así se conocía a los miembros de la Policía Armada debido al color de sus uniformes) formando un cordón para cerrar el paso a los manifestantes y evitar que continuaran su marcha hacia el centro de la ciudad. Mi acompañante y yo nos dirigimos por la calle de San Juan de Dios hacia la zona de Gran Capitán donde vivíamos. Aquella noche no dormí tranquilo; era como si tuviera la mala conciencia de quien no ha hecho lo que tenía que hacer.

Algunos años después asistí en compañía de mi padre a la manifestación del 1º de Mayo. Acabábamos de estrenar la Constitución y unas semanas antes se habían celebrado las primeras elecciones democráticas para elegir a quienes tenían que gobernar los Ayuntamientos. En Puertollano, mi pueblo, había sido elegido un alcalde socialista, se llamaba Ramón Fernández Espinosa y era natural de Argamasilla de Calatrava. Aquel año acompañaba a los manifestantes la Banda Municipal interpretando la Internacional; después, cuando era ya presidente Felipe González y empezaron las primeras desavenencias entre el gobierno y los dirigentes sindicales, la banda de música dejó de interpretar la Internacional en el día del trabajo. Fueron pasando los años y las manifestaciones del uno de mayo empezaron a perder presencia en las calles, a medida que los sindicatos han perdido credibilidad ante millones de trabajadores. Me pregunto por qué.

Hoy, uno de mayo de 2011, he salido a la calle y me he encontrado con un pequeño grupo de manifestantes, algunos de ellos estudiantes de secundaria. Apenas iban trabajadores, quizás quince o veinte adultos, entre ellos algún colega de la enseñanza, pero poco más. Aunque no me identifico con lo que representan las banderas que enarbolaban, los he acompañado durante algunos metros en su recorrido hasta la Plaza Mayor donde se han detenido para finalizar su pequeña y testimonial manifestación. Ellos han ejercido un derecho universal: el de manifestarse; pero dónde estaban los cientos de ciudadanos que no tienen trabajo, los que han visto recortados sus derechos laborales, los que han sufrido el incumplimiento de acuerdos firmados. Si es verdad que el que calla otorga, entiendo el silencio de miles de ciudadanos que han dejado de ejercitar aquellos derechos que reivindicaban los manifestantes de aquel Primero de Mayo de 1977, pocos semanas antes de las primeras elecciones democráticas después de la longa noite da pedra que dijo Celso Emilio Ferreiro de la dictadura militar que sufrió España desde 1939.

Hoy dicen que el número de personas sin trabajo ronda los cinco millones. Cinco millones de bocas que comen de la ayuda familiar, de la que le otorga el Gobierno, de sólo ellos saben qué. Paseo por la ciudad, está tranquila; los bares ofrecen un aspecto saludable sin humo; en la Plaza Mayor están las casetas de la Feria del Libro y algunos curiosos se agrupan ante los tenderetes de las librerías en busca de alguna obra. Todavía huele a incienso por las calles, olor que convive con el color de las banderas que llevan los manifestantes, algunos de ellos de la CNT y, sin embargo, católicos, apostólicos y, quizás también, romanos. ¡Hay que ver lo que hemos cambiado! Y todavía hay quien echa la culpa de todo al presidente del Gobierno de lo que pasa en este país… Ah, para terminar decir que el heredero de la corona se encuentra en Roma asistiendo a la beatificación de un polaco nacionalista y anticomunista que llegó a ser Jefe del Vaticano. Por lo visto han acudido muchos españoles…Quizás eso explique que las manifestaciones del primero de mayo no hayan contado con mucha asistencia.